HASTA EL FIN DE LAS HOSTILIDADES II

Carmen Padilla
5 min readJul 1, 2021

Raspando el fondo de esta olla que a veces escribo, me quedó una porción en el freezer. Ahora que somos varios descongelo hago una salsa y mientras ustedes leen…

Si bien el arte está pensado para otro, para ser mostrado; la generación de la idea, a menudo, ocurre en soledad. El espacio aislado puede ser fuente de inspiración y ejemplo de ello pueden ser:

Bruce Nauman artista medial estadounidense, que realizó: “Mapeo del Estudio II” que es una obra creada a partir de material surgido por casualidad.

“Lo que desencadenó esta pieza fueron los ratones. Tuvimos una gran afluencia de ratones ese verano en la casa y en el estudio… Eran tan abundantes que incluso el gato se estaba aburriendo de ellos … Estaba sentado en el estudio frustrado porque no tenía nuevas ideas, y decidí trabajar con lo que tenía. Un gato, los ratones, y una cámara de video con infrarrojos…”

Bruce Nauman 2001 Tate © Bruce Nauman / ARS, NY y DACS, Londres 2020

crear la obra de arte final, que es tanto cómica como violenta.

Sin embargo, para muchos, el aislamiento es una condición que impone factores geográficos, políticos o biológicos. Anna Farley, artista y activista de la neurodiversidad, distingue entre aislamiento y soledad por la libertad de elegir:

“Creo que el aislamiento es una oportunidad para que todos los artistas interrumpan y replanteen sus prácticas, lo que constituye ser un artista contemporáneo que trabaja dentro y fuera de las industrias artísticas convencionales. Soy autista y el aislamiento es un tema sintomático para mí, el aislamiento es parte de mi vida y, en consecuencia, la pregunta es una que confronto constantemente. Ésta no es una elección. Creo que esto tipifica lo que significa la palabra para mí. La soledad es cuando puedo tomar la decisión de distanciarme física y mentalmente de factores externos”.

Farley reconoce que puede haber beneficios del aislamiento incluso cuando se impone. Escribe durante el aislamiento impuesto COVID-19 2020 en el Reino Unido:

“Me estoy tomando este tiempo para involucrarme en desarrollar un espacio para hacer arte y desafiarme a mí misma para entender lo que es una relación laboral saludable como artista; no permitir que el arte me consuma totalmente; experimentar dónde están los límites para mantener mi salud personal y dar espacio a la creatividad.”

Cubos infinitos inquietos de Anna Farley (cuerpo de 365 cubos) © BeckyWarnock

Muchos de estos artistas se vieron sometidos a una tensión considerable mientras estaban aislados y esto plantea interrogantes sobre la presión de ser creativos durante una crisis.

El aislamiento puede significar dificultades financieras, recursos restringidos y un impacto en la salud mental, minando el panorama de situaciones límites. Todo ello sin dejar de ser el arte un espacio de consulta, arte entendido como medio expresivo y no como un accesorio decorativo.

Gran parte del arte que se ha creado en aislamiento documenta la sensación de soledad. Esto es algo que ha fascinado a los artistas dentro y fuera del aislamiento.

Actuación de un año de Tehching Hsieh 1980–1981 — Tate © Tehching Hsieh

Documentar un período de aislamiento desde el arte se ha dado mucho en esta cuarentena, y también existen precedentes. Por ejemplo Tehching Hsieh, el artista de performance, se aisló durante un año. Se mantuvo en silencio y sin comunicarse con el mundo exterior tomándose retratos fotográficos a horas señaladas por un reloj que estaba en el lugar del encierro. Con las fotografías resultantes creó una animación de su apariencia que cambiaba a lo largo del año. Esta obra de arte se conoce como One Year Performance 1980–1981.

El sentido del arte en aislamiento depende de cada uno. Josh Rivers, creador y presentador del podcast “Busy Being Black”, escribe:

‘El consejo que tengo para quienes están trabajando arte, particularmente con raíces en lo personal-político, es que nuestras comunidades te necesitan. Siempre nos necesitamos, pero tu voz, tu arte, tus videos, tu poesía, tu música, tu amor, tu pasión e incluso la ira pueden ayudar a otros a sentirse menos aislados, menos solos, menos inseguros. La única forma de superar el aislamiento colectivo es juntos, y el arte es una herramienta tan poderosa que nos ayuda a superar tiempos difíciles”.

No saber qué va a pasar… Cómo cada día de nuestras vidas

Ahora con un panorama más amplio de lo que está sucediendo y ha sucedido en el arte, me voy a ocupar del futuro… No, en realidad no.

Situándome por fuera de los carriles que a la salud pública y privada competen, pienso en la post cuarentena en términos de producción artística. Creo que en lo inmediato, el aislamiento es un punto ineludible de gestación de arte. Tanto como generador, como factor de supresión, como condicionante, como contrapunto, como amenaza, como catalizador… de los diversos procesos de las diferentes personas que trabajan arte.

El estar tanto tiempo adentro de casa y sin poder salir, es probablemente un tobogán o un ascensor que lleva directo a la indagación de los conceptos más profundos del ser individual y del ser social.

Ya veníamos atravesando un arco de reflexión a nivel global, que incluye la revisión de conceptos, que a su vez fundan a otros conceptos, generando interrogantes metafísicos como: ¿Desde cuando se es persona? ¿Hasta donde el cuerpo es propio? ¿Qué es el género? Supongo que es un buen momento para recurrir a la filosofía, y al arte (que es lo mismo pero con otra ropa)

Esencialmente a la cuarentena la veo, como un momento de ebullición y creo que en todas las cocinas se están trabajando nuevas recetas. Este tiempo, luego del aislamiento, pasará a formar parte de la mitología particular de los individuos, y a la vez, de los pueblos. El fin de la cuarentena será un agente de cristalización, que propiciará la toma de estados, la lectura de mediciones para un análisis. El desafío será precisamente ése: hacer ese análisis y que sea de provecho.

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