VERÓNICA GARCÍA: DE MADRYN A OTRA FERIA

Carmen Padilla
5 min readMay 10, 2021

Verónica es de Puerto Madryn de antes y de ahora, pero en medio vivió en nuestro San Nicolás participando bastante de la escena cultural. Trabajó en la Escuela Provincial de Arte, dictó clases desde su casa taller y también condujo una galería que ya no existe más. Conversando descubro que tenemos tanta gente en común que me hace creerla más cercana de lo que es. Viste bijoux artesanal, usa varios anillos y la contiene un gran marco azul que combina con su ropa armonizando su rostro cálido.

Verónica García en su taller

Empieza la entrevista y la veo súper iluminada con un fondo blanco que proyecta una luz de tubo. Está en su taller y, como todo taller de arte, es una ensalada de herramientas, obras y productos prestados de otros espacios (como un fijador para cabello en spray) pero que los artistas emplean para lograr sus trabajos.

C: ¿De dónde sos? ¿Viviste acá en San Nicolás?

V: Yo nací en Vicente López, pero de muy chica mi familia vino a vivir a Madryn. Y sí. En febrero de 1997 fuimos para allá. Julián (su marido) hacía marcos de cuadros y yo me dedicaba a la pintura. Armamos una casa-taller. Y también estuve dando clases en la escuela de arte. Así que tengo mucha gente conocida querida allá. Alumnos también.

C: ¿Qué materias dabas?

V: Pintura, dibujo y lenguaje visual. Hernán Miró era el director. Recuerdo a Susana Pérez Tort, Haydeé Siles y tantas y tantos más… También daba otras materias junto a otras profes. Una era Vilma Bertolotto y también recuerdo con mucho cariño a Liliana Grinberg. Me puso muy triste saber de su fallecimiento.

(Y me recuerda dolores de otros tiempos. Hablamos de ella y la extrañamos juntas, pero seguimos la entrevista)

C: ¿Te mudaste mucho?

V: A los 17 me fui a estudiar a la Pueyrredón (Escuela Nacional de Bellas Artes P. Pueyrredón) en CABA y me recibí de profesora de pintura. Terminé y me vine a Madryn. Después me fui a San Nicolás y con la crisis del 2001 nos volvimos a Madryn. Madryn es mi lugar porque mi infancia transcurrió acá. (Dijo compartiendo una de sus verdades)

C: ¿Cómo definís tu obra?

V: Considero que es pintura. En esta época de pandemia me tiré más a la tinta y al collage porque muchos materiales me quedaron en otro lado, y lo que tenía en casa era eso. Hice cosas rápidas en papel. Pero también tengo obra más pictórica. Me interesa construir desde el color sin saber a dónde voy. En un momento lo que hago se convierte en una serie. La serie de las Ausencias es la que pueden recordar de mí, allá en San Nicolás. Siempre hay ropa colgada, vacío, hamacas: símbolos que esperan. Esa serie está más dibujada. Pero toda mi técnica es mixta.

En la obra de Verónica podemos encontrar mujeres que son muñecas pero que nacieron sin la frivolidad del plástico. Muñecas que son amasadas por el color y quizás el dolor. Las ausencias, y los cuerpos femeninos en todas sus configuraciones son su leitmotiv. Y desde un tiempo a esta parte sus mujeres viven en armonía con el camino de la mancha y las formas simples de las líneas sueltas.

C: En tu obra podemos apreciar un estilo ¿Cómo llegaste a él?

V: Hay una serie que se llama “Tinta Roja”. Es muy loco lo que te digo. Me confirmaron una fecha para el museo acá (Museo Municipal de Arte de Puerto Madryn — MuMA). Y justo se dio que hice un viaje. Durante ese viaje escuche tango y después empecé a investigar las letras. Vi que los colores del tango eran el carmín, el negro, el gris y el blanco. ¡Me pasé un mes encerrada y pude hacer 20 obras! Pintura y pastel a la tiza en esos colores. ¡Loca estaba!

Corté con una serie que tenía que ver con mujeres y pasé a esto. Que está atravesado por lo femenino, pero con conceptos como el sufrimiento, el amor y lo que cuenta el tango. Y ahí se creó una nueva situación para con mi obra. Me voy aburriendo y voy pasando de técnica en técnica. No sé explicarlo bien (ríe). Y después está el clima, el paisaje. Pasar del mar azul, al rio, al verde me modificó las formas de ver.

Toda mi vida está alineada hacia esto. Me defino artista en esta forma de sentir la vida. Siempre di clases y vendí mis cuadros, llevé obras y me invitaron a trabajar a Italia varias veces. Soy una agradecida de poder vivir de mi trabajo.

Creo que si te dejas llevar por esa cosa intuitiva llegas al puerto deseado.

C: No mantenés una paleta, ni una técnica. Tenés esculturas, dibujos, pinturas…

V: Antes me cuestionaba eso. Quería hacer todo por series. Pero ahora no me importa porque creo que el ahora es una totalidad. (Y al pasar suelta otra de sus verdades conquistadas)

C: ¿Te quedaron amigos acá?

V: Hice mucho vínculo con artistas. Caio Di Lorenzo, Luis Gómez, Marcos Vergara… ¡Formamos el Grupo N! Éramos como medio sin nombre, medio indefinidos (Ríe a carcajadas como asaltada por el recuerdo) Teníamos distintos estilos y ramas. Y nos juntábamos para exponer. Fue algo importante, debe haber sido 98 o 99. Nos juntábamos y trabajábamos. El contacto con otros artistas hace que incorpores nuevas formas de trabajo.

C: ¿Qué estás haciendo ahora?

V: Ahora estoy muy enganchada con el sumi-e que es una técnica ancestral china que fue reinterpretada por Japón. Se trabaja a pincel con tinta negra y tiene esa cosa del trazo libre, pero que no podes corregir. En esta búsqueda mía de encontrar nuevas cosas, me enganché mucho. Estoy en eso, como proyecto de estudio. Y como proyecto pendiente tengo que resolver unas muestras con lo que hice en pandemia. Hice mucho y tengo que ver como termino todo. Quiero darle unidad. En junio tengo que darle forma a este proyecto para enviarlo a Trelew.

C: En la imagen del sumi-e no hay mujeres. ¿Cómo resolvés?

V: La imagen del sumi-e es naturaleza. Por eso hice mujeres pero las rompí, las recorté y las metí en otro soporte. Quiero aprenderla bien (la técnica) para después desarmarla y usarla. Todavía estoy como en investigación. Y además estoy con el collage y tinta.

C: ¿Cuáles son tus proyectos actuales o próximos?

V: Ahora en mayo del 10 al 14 voy a exponer en Otra Feria (Feria virtual de arte www.otraferia.com) de la mano de Almacén de Arte (galería de arte contemporáneo sito en San Nicolás www.almacendearte.net). Así que contenta con volver a tener contacto con San Nicolás, de verdad me da mucha alegría este reencuentro con la ciudad. Yo trabajé en la Galería de Astul. Todos (los artistas) pasábamos por ahí. Era un grupo de gente muy lindo que extraño. Espero que pase rápido la pandemia para poder volver a San Nicolás a abrazar esa gente querida. Tener contacto con vos me da mucha alegría. Aparte El Norte (éste diario) al llegar a la ciudad me hizo una nota, me fui y también me hizo una nota y ahora que vos me hagas esta entrevista me llena de alegría.

Verónica es la antítesis de las mujeres de su arte. Es risueña y su mirada es tan sana que parece no haber sufrido jamás. Pero las verdades que fue compartiendo me hacen creer que es alguien que sabe que rumiar es para las vacas.

Para despedirse elige no parar de agradecer la oportunidad sonriendo con todo el cuerpo.

Para más información @veronicagarcia262 en Instagram

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